A un año del crimen
Venado: marcha pidiendo justicia por el femicidio de Stella Eidner
Familiares y compañeros de trabajo se movilizaron este sábado en plaza San Martín.
Familiares y compañeros de trabajo de Stella Eidner (37) realizaron en la jornada del sábado una movilización en plaza San Martín pidiendo justicia al cumplirse un año del femicidio.
Si bien a las pocas horas del crimen fue detenido su marido, Marcelo G., el objetivo de los allegados a la víctima es arribar lo más pronto posible al juicio oral y público y que el imputado, bajo la carátula de “homicidio calificado, agravado por el vínculo y por el contexto de violencia de género”, sea condenado.
El femicidio que estremeció a Venado Tuerto comenzó a ser investigado por el fiscal Iván Raposo, y posteriormente pasó a manos de la Unidad de Género, continuando con la causa Andrea Cavallero.
Si bien todas las pruebas estarían colectadas correspondientemente, por el momento no se conoce la fecha de inicio del juicio oral y público.
Crónica del femicidio
La muerte de Stella Eidner se registró a las 5:40 horas del 27 de septiembre de 2023 cuando aún no había amanecido. La mujer salió de su casa ubicada en calle Chile al 1.200 para dirigirse a su lugar de trabajo, el Hospital Dr. Gutiérrez de Venado Tuerto. A los pocos metros, al llegar a la esquina y cuando aún estaba con su motocicleta en la vereda, fue atacada por una persona que le propinó seis puñaladas y huyó corriendo.
La mujer desesperada gritó. Uno de sus hijos que se encontraba en el interior de la vivienda salió a la calle y se encontró con el desgarrador escenario de su madre caída en el suelo si vida a dos metros de la puerta de acceso a la casa.
En tanto, la motocicleta quedó a la vuelta de la esquina, junto a una mochila de la víctima.
Fueron pasando los minutos y comenzaron a llegar familiares, amigos y vecinos, que estaban conmovidos por lo ocurrido. Se repitieron escenas de abrazos y de llanto durante toda la mañana.
Primeros indicios
A los pocos minutos al lugar arribó el fiscal Iván Raposo, luego el jefe regional, Matías Merlo, y teniendo en cuenta la gravedad del caso, cerca de las 9 horas se sumaron Eduardo Lago y Horacio Puyrredón.
Personal de criminalística valló la zona del crimen, comprendiendo el lugar donde se encontraba la motocicleta, el casco, una zapatilla (todo por calle Cerrito), y el lugar donde cayó la víctima (por Chile).
Minutos más tarde, personal de Científica realizó pericias en un automóvil Corsa de color blanco, perteneciente a la familia, que se encontraba estacionada frente a la vivienda, tanto en el habitáculo como en el baúl.
Y ya cerca de las 9:20, tras intercambiar opiniones entre peritos y fiscales, decidieron ampliar la zona de vallado y proceder a peritar el interior de la vivienda familiar, algo que sorprendió a muchos de los presentes.
Luego, con perros de la Sección Canes de la Unidad Regional VIII, entrenados en rastros, lograron hallar muestras de sangre en unos silos en desuso dentro del predio de las vías del ferrocarril a la altura de calle Ayacucho. Y posteriormente dentro del predio de Ricedal (lugar donde trabajaba el imputado), en cercanía de Ruta Nacional 8, en el interior de un galpón hallaron ropa con sangre y el cuchillo con el que se habría cometido el femicidio.
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¿Femicidio planeado?
La hipótesis principal consiste en que Marcelo se levantó a las 5 de la mañana, más temprano de lo habitual. Tomó el automóvil y lo dejó estacionado por calle Cerrito a poco más de 100 metros de la vivienda familiar. En ese momento regresó y se escondió detrás de un pallet de ladrillos y un bolsón con arena, a esperar que Stella vaya a trabajar.
La víctima salió de su casa en moto. Fue por la vereda de calle Chile, dobló por Cerrito y en ese momento fue sorprendida por Marcelo que le propinó seis puñaladas mortales. Producto de los gritos, el hijo de la mujer salió al patio y por arriba del tapial le arrojó una pala al agresor, sin saber que era su padre, quien de inmediato salió corriendo.
Las heridas fueron mortales. Stella cayó a los pocos metros y cuando su hijo intentó asistirla, ya no tenía signos vitales.
Marcelo se dirigió a su lugar de trabajo, a unos 200 metros de distancia de la vivienda familiar. Ahí descartó las prendas de vestir manchadas de sangre y el cuchillo (ambos elementos encontrados por los perros). A los pocos minutos un vecino fue corriendo a avisarle que habían matado a su mujer.
El ahora detenido y principal sospecho arribó a la escena del crimen como víctima. Comenzó a abrazarse con sus hijos, su suegro y todos los vecinos y amigos que comenzaron a llegar al lugar.
Tenía un corte en un dedo y en el brazo. Adujo haber sufrido un pequeño accidente laboral. Se instaló rápidamente la teoría de la “tentativa de robo”, pero cuando los fiscales comenzaron a hablar con Marcelo detectaron un relato poco sólido, con una coartada no muy convincente. La hipótesis del femicidio comenzó a tomar fuerza, y finalmente el hombre fue detenido como el principal sospecho del hecho.