La historia de Esteban Ezequiel González
Venado Tuerto: denuncias de violencia de género, un padre alejado de su hija y una vida “pausada”
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El hombre fue acusado de graves delitos en el año 2021. Con pruebas contundentes a su favor, estuvo preso y la Justicia lo desterró de la ciudad. Finalmente, fue sobreseído el mes pasado.
Joaquín Fidalgo
“Mi vida quedó pausada en el año 2021… en todos los ámbitos, en lo profesional, en lo social, en lo familiar. Me encerraron en una habitación y me dijeron: 'vas a estar acá hasta que podamos ver si ella miente', sin ninguna prueba”, se lamenta Esteban Ezequiel González, quien debió soportar una verdadera pesadilla a raíz de múltiples denuncias de violencia de género realizadas por su expareja que finalmente fueron desestimadas por la Justicia el mes pasado.
Esteban es suboficial de la Gendarmería Nacional Argentina, es salteño de nacimiento y tiene hoy 32 años. Su historia, su increíble historia sucedió en el sur de la provincia de Santa Fe.
“En el año 2016 comenzamos a convivir con mi pareja, en Venado Tuerto. En 2019 fuimos papás de una beba. Por distintos motivos, nos separamos en 2021. En un principio, todo fue en buenos términos, pero enseguida se convirtió en un horror”, recuerda.
“Fui notando -agrega- que mi hijita estaba descuidada. La mayor parte del día estaba conmigo, pero cuando llegaba luego de estar con la madre su higiene no era la mejor, por ejemplo”.
Esteban asegura que luego de varios intentos infructuosos de hablar con su expareja sobre el tema, decidió acudir al Juzgado de Familia para solicitar la tenencia.
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Escalada
“Eso fue a finales de 2021. Tres semanas después me denunció por primera vez. Por mi reclamo, la notificaron repetidamente para que se presente en audiencia, pero ella no hacía caso y finalmente la declararon en rebeldía. Cada vez que pasaba algo en el juzgado de Familia, ella hacía una nueva denuncia contra mí y los delitos iban escalando. La primera fue por acoso, merodeo, molestias. La segunda ya por hostigamiento y dijo que le había roto la puerta del domicilio, que la había golpeado y que la había amenazado con mi arma de fuego, que la había arrastrado en su casa desde la habitación al comedor, que la golpeé y que le puse un cuchillo en el cuello. A mi pistola reglamentaria no la tenía desde hacía cuatro meses. Quedó en guardia y custodia, en Gendarmería, luego de la primera denuncia de ella”, cuenta Esteban.
El hombre terminó preso y reconoce que no fue peor “gracias” a su abogado, el doctor Ignacio Blanc Codina. “No era una imputación por un delito grave, era una historia de terror. Estábamos hablando de amenazas, lesiones, daño y amenaza calificada por uso de arma de fuego. Todo en contexto de violencia de género. Inmediatamente le pedí a Esteban que me reenvíe todos los mensajes que él tenía con la denunciante, porque supuse que lo iban a detener y el peritaje del teléfono podía demorar de cuatro a seis meses, aún entregando la clave de desbloqueo. Eso fue después del mediodía”, detalló el profesional.
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Minutos después, los mensajes comenzaron a llegar al teléfono del defensor. “A mitad de esa misma tarde -añadió Blanco Codina-, Esteban se presentó en una comisaría y quedó detenido. Como suponíamos, secuestraron el celular, pero yo ya tenía todas las conversaciones. Los supuestos hechos denunciados habían sucedido en el transcurso de una semana en donde sólo había mensajes de cariño y amor entre ellos. Es más, días después habían decidido ir juntos de vacaciones a Córdoba. No había absolutamente nada que haga suponer que habían pasado hechos tan brutales como los denunciados. Eso fue clave para demostrarle al juez en la audiencia que la información que traía la fiscalía no tenía sentido. El juez se dio cuenta de que no podía ordenar la prisión preventiva de Esteban, pero por las dudas emitió una medida cautelar por la que le prohibió el ingreso a la ciudad de Venado Tuerto”.
Destierro
“Estuve detenido tres días, todo un fin de semana, en la Comisaría 2a. En la audiencia, me dieron la libertad, pero me ordenaron retirarme de la ciudad y no volver. Así, mi expareja me alejó de mi hija y desactivó cualquier reclamo de mi parte”, dijo Esteban.
El hombre debió mudarse a Rosario, a 170 kilómetros de su pequeña. Le dieron plazo por 24 horas para fijar domicilio y oficiaron a Gendarmería para solicitar el traslado. “La batalla judicial fue terrible. Por más que yo tenía pruebas, no llegaba a ningún lado. A mediados del año 2023, no se por qué, ella se presentó en la fiscalía y dijo que no quería brindar más declaraciones, que lo que denunció no había pasado así y que quería que yo recupere el vínculo con la nena”, contó.
“Así pude volver a Venado Tuerto a finales de 2023. A mi hija la veía de a ratos, a voluntad de la mamá. En febrero de 2024, como el descuido de mi nena persistía, nuevamente acudí a la Justicia de Familia. Lo último que quería era confrontar con mi expareja. Tenía miedo. Esa es la palabra. Miedo de terminar preso y no poder ver nunca más a mi hijita. Igual, nuevamente arrancaron las denuncias por violencia de género”.
El abogado tomó la palabra e hizo referencia a “dos situaciones” que se dieron ese mes de febrero de 2024. “El 19, Esteban llega a su domicilio de Venado Tuerto y ahí estaba la mujer con la menor de edad. Ella no sabía, pero había una cámara de vigilancia instalada. En el lugar, tuvieron una discusión y en un momento ella hace parar un patrullero que casualmente pasaba. En el acta, los uniformados asentaron que la mujer les dijo que Esteban le había pegado por todos lados con un casco, pero se negó a hacer la denuncia en ese momento”.
Blanc Codina explicó que días después, la mujer sí denunció esa supuesta agresión. “Eso le imputan a Esteban el 13 de marzo de 2024. También lo acusan ese día por otro hecho. La mujer aseguró que el 28 de febrero, mi cliente se acercó a su nuevo domicilio, donde ella convivía con su nueva pareja, y que los hostigó a ambos. Tuvimos un poco de suerte, porque el encuentro del 19 de febrero quedó registrado por la cámara. En el video se puede ver con claridad que no existió golpe alguno. Respecto de la segunda acusación, la misma fiscalía pudo verificar que ese día y a esa hora Esteban estaba prestando servicio en Rosario. Así quedó totalmente demostrado en la audiencia imputativa que las denuncias eran falsas. Lo loco es que recién el 26 de junio de este año, se terminó archivando esa causa”.
Pero todo no quedó ahí. El 5 de junio del año pasado, Esteban fue denunciado por el hombre que actualmente es pareja de su ex. “Este sujeto lo acusa de hostigamiento y de haber tirado removedor de pintura en su auto. Dijo que el auto había quedado afuera de la casa y que amaneció con el daño. El mismo día de la audiencia imputativa, cuando terminó de escuchar la acusación, mi cliente le pregunta al fiscal si puede mostrar una serie de mensajes. Muy cerca de la fecha del presunto incidente, él le había escrito a la mujer porque quería hablar con su hija, pero le respondió que no iba a poder porque a ella se le había caído removedor de pintura en el teléfono y no funcionaba. Entonces quedó claro quién manipuló ese producto en esas fechas".
Daños
Desde diciembre del año pasado, Esteban y su exmujer alternan la tenencia de su hija, una semana cada uno. “Afortunadamente, tuve las pruebas para defenderme. En agosto me sobreseyeron definitivamente. Ahora, sigo pidiendo la tenencia, con un régimen de visita para la madre, porque también tiene que ser parte de su vida. Lo que busco es que mi nena, que hoy tiene seis años, pueda crecer con normalidad, que pueda tener una infancia feliz. La relación que tengo con ella es increíble. Nos amamos. Sufrimos un montón. Estas lágrimas no son por lo que me pasó a mí, sino por haber visto cómo todo afectó a mi hija. Es todo lo que tengo, mi familia, mi mundo. Me molesta mucho que la pusieran como trofeo de guerra y se aprovecharan de eso para extorsionarme”, afirmó el hombre.
Las denuncias en su contra le ocasionaron también a Esteban graves inconvenientes profesionales. “En 2021 me sacaron el arma. No tuve ascensos. No pude ocupar cargos. Abrieron sumarios internos, por el lado del Ministerio de Seguridad de la Nación. Todos los procesos terminaron favorables para mí. Recién con el sobreseimiento de agosto pude iniciar el trámite de restitución y ocupar nuevamente mi lugar en la fuerza. Mi vida quedó frenada, en pausa desde 2021”.
Esteban quiere que su caso se conozca porque pretende “que se cumplan las leyes. Todo somos personas. Todos tenemos los mismos derechos, pero en este caso los míos fueron dejados de lado. Presunción de inocencia... nada, debido proceso... nada. La Justicia me castigó sólo por los dichos de mi expareja. Creo que hay muchos papás en mi situación. Mi objetivo es acompañarlos y alentarlos. Que no se den por vencidos. Que van a poder. Si las denuncias son falsas, la verdad sale a la luz tarde o temprano”.
Finalmente, Esteban recomendó buscar profesionales que tengan "empatía". “Tuve suerte. Mi abogado siempre buscó l a verdad y se interesó por el bienestar de mi hija. Los profesionales entienden en general que el sistema es tan cerrado que dicen, ‘vamos a pelear y no vamos a lograr nada. Aceptá lo que te propongan'. No tiene por qué ser así".
Problema
El abogado Blanc Codina dejó por último una reflexión: “En lo personal creo que los problemas no son las ‘falsas denuncias’, sino la falta de respuesta eficaz y contundente del Estado para detectar rápido cuándo la denuncia es falsa y actuar en consecuencia. Ese es un tema central. Hay herramientas normativas para abordar, pero lo que no hay es voluntad. Entiendo que la perspectiva de género que se incorporó en la legislación se ha degenerado a partir de la militancia que hicieron operadores judiciales y políticos. No está mal que se milite una corriente doctrinaria. Lo que sí está mal es aplicar la ideología funcionalmente para terminar llevando cada caso concreto a un análisis sesgado y arbitrario, que aplica la ley de manera distinta según si el acusado es hombre o mujer”.
“En este caso, no solo nos defendimos, sino que también acusamos a la mujer por falsa denuncia, porque la fiscalía no iba a hacer nada. Ella ahora está imputada”, concluyó.